La excavación y la construcción de los túneles de la red metropolitana de metro de Rio de Janeiro interfirieron con las cimentaciones indirectas del puente existente, lo que, además de su estado de degradación significativa, exigió su demolición.
Es una obra de valor patrimonial, y su reconstrucción respetará la geometría del puente antiguo. Los nuevos estribos, que transponen el túnel, son pretensados y cimentados en micropilotes.
El tablero del puente fue ejecutado con vigas prefabricadas pretensadas con una longitud de 30 m.